"Hacer una obra y reconocer que es mala después de hecha es una de las tragedias del alma. Y es sobretodo grande esa tragedia cuando se reconoce que esa obra es la mejor que se podía hacer. Pero al ir a escribir una obra, saber de antemano que tiene que ser imperfecta y fallida; estar viendo mientras la escribes que es imperfecta y fallida -eso constituye el grado más alto de tortura y de humillación del espíritu. No solo los versos que estoy escribiendo siento que no me satisfacen, sino que sé que los versos que voy a escribir no han de satisfacerme tampoco. Lo sé tanto filosófica como carnalmente, gracias a una entrevisión oscura y gladiolada.
¿Entonces, por qué escribo? (...)
Libro del Desasosiego, Fernando Pessoa
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